Si decimos "especialidades del norte", probablemente responderás "patatas fritas", "Maroilles" y "cerveza". Así que, aunque en Petit Ballon nos encantan las patatas y el queso, hoy vamos a explorar la tradición de maridar la cerveza con las regiones del norte de Francia, o incluso un poco más lejos. Entonces, ¿es cierto que en el norte bebemos sobre todo cerveza? Y si es así, ¿por qué?

Los norteños y la cerveza: ¿folclore o realidad?

Cuento: Cuando les cuento a las personas que trabajo en el mundo cervecero y que crecí en el norte de Francia, les parece lógico, incluso conectado. Sin embargo, solo empecé a interesarme realmente por la cerveza cuando llegué al suroeste (cómo di este gran salto geográfico es otra historia). Pero existe un vínculo inseparable en la mente de la gente entre las regiones del norte de Francia y Bélgica, y la cerveza. Como en Petit Ballon no somos de los que difunden rumores, empecemos por analizar las cifras para ver si estas creencias tienen algún fundamento.

Un estudio de Salud Pública France, publicado en 2020, examinó los hábitos de consumo de alcohol en diferentes regiones del país. Cabe destacar que el estereotipo de que las personas del norte beben más que el resto del país solo se confirma a medias, ya que Hauts-de-France ocupa el tercer lugar (11,5 % de la población regional) en cuanto a consumo diario de alcohol, detrás de Occitania (12,6 %) y Nueva Aquitania (12,3 %). Lamentablemente, estas cifras siguen siendo demasiado altas (una oportunidad para recordarles que el alcohol debe consumirse con moderación, y no a diario).

Pero el estudio también analizó las preferencias regionales por tres tipos de alcohol: cerveza, vino y licores. Como era de esperar, la región de Hauts-de-France está lejos de ser la principal consumidora de vino. ¡Pero tampoco son los bebedores de cerveza más habituales! Ocupan el quinto lugar en el ranking de consumo diario de esta bebida, empatados con la región del Gran Este y detrás de Bretaña, Martinica, Guayana Francesa y Reunión. Bueno, el quinto puesto de dieciséis no invalida por completo los clichés... Y, precisamente, ¿de dónde provienen estos clichés?

La cerveza en el norte de Europa: una historia antigua

Los orígenes de la conexión entre las regiones del norte y la cerveza son, de hecho, tanto geográficos como históricos. Como preámbulo, recordemos que hubo una época en que el agua potable no era la mejor opción desde el punto de vista sanitario, debido a la falta de grifos, sanitarios y plantas de tratamiento (nos ahorramos los detalles, pero ya se entiende la idea). Por lo tanto, la gente tendía a preferir las bebidas fermentadas, cuyo contenido alcohólico garantizaba su salubridad. Sin embargo, antes del desarrollo del comercio, la gente solo consumía lo que podía encontrar cerca de casa. ¿Y qué se encontraba en las regiones del sur de Francia, pero no en el norte? ¡Uvas, por supuesto! Y sin uvas, no hay vino. Así que fue hacia los cereales, que abundaban, que la gente recurrió para elaborar su bebida diaria.

Esta mezcla de cereales fermentados estaba tan estrechamente ligada a su terruño que incluso llegó a asociarse con las poblaciones que allí habitaban. El historiador romano Tácito la mencionó en el año 98 en su obra Germania, y la cervoise (jugo de cebada aromatizado con plantas y especias) era la bebida nacional de los galos. En los monasterios también se producía cerveza en grandes cantidades, ya que ayudaba a prevenir enfermedades en estos lugares concurridos y densamente poblados. Fue también allí donde se crearon las primeras cervecerías auténticas, con procesos de fabricación protoindustriales que prefiguran nuestras cervecerías modernas.

Y fue Carlomagno quien lo oficializó al ordenar que cada monasterio de su reino tuviera una cervecería, uniendo a los cerveceros en gremios y creando una carta de buenas prácticas cerveceras. Incluso se encargó a inspectores que recorrieran todo el imperio para garantizar su cumplimiento. Un imperio que en aquel entonces incluía lo que hoy es Francia, por supuesto, pero también Bélgica y buena parte de Alemania. ¡Ah, ese maldito Carlomagno...! ¡Recuerda darle las gracias la próxima vez que pidas una cerveza en Bruselas !

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Artículo escrito por Hélène y los Houblon para Le Petit Ballon.