Introducción: El vino, ¿una bebida frágil?
Hoy en día, recibir un paquete en casa se ha vuelto algo común. Pero recibir una botella de vino (o dos, en este caso, cuando recibes tu caja mensual favorita) nunca es un gesto trivial: también recibes un pequeño trocito de terroir, un fragmento del trabajo del enólogo, una historia y una parte sensible de un saber hacer legendario. Y todos estos factores, ingredientes necesarios para el placer de tus papilas gustativas, contribuyen a decir que el vino es un producto frágil. O quizás mejor dicho, el vino es un producto vivo. De hecho, reacciona a los cambios de temperatura, luz y movimiento. Una botella es a la vez robusta (cruza continentes y océanos sin pestañear) y frágil (puede perder sus aromas en pocas horas si se maltrata). De ahí la importancia de aprender a mimarla desde el primer momento en que la recibes.
Hay quienes piensan que conservar las botellas es cosa exclusiva de grandes coleccionistas, bodegas monumentales y añadas prestigiosas. Esto es falso. Incluso un vino de diario merece buenas condiciones de almacenamiento antes de ser consumido.
Recibiendo sus botellas de vino
Imagínate esto: estás relajado en tu sofá y de repente llama el cartero. Desde la ventana, reconoces la caja que trae: es el día de entrega de tu caja de Petit Ballon, donde te esperan dos botellas, seleccionadas por nuestro sumiller. Emoción garantizada. Pero antes de descorcharlas, hay algunas cosas que debes recordar.
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Revisa el paquete
- Comprueba que la caja no haya sufrido un mal manejo: sin manchas, sin fugas, sin ruidos sospechosos al moverla.
- Si detecta algún problema (fuga, cápsula abollada), tome una foto y contacte con atención al cliente. El vino es un tesoro, y su satisfacción es nuestra prioridad.
- Comprueba que la caja no haya sufrido un mal manejo: sin manchas, sin fugas, sin ruidos sospechosos al moverla.
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Deja reposar tus botellas
1. Durante el transporte, las botellas se agitaron. Los depósitos (sobre todo en los tintos) están en suspensión.
2. Antes de abrir, dejar reposar al menos 48 horas en un lugar tranquilo, alejado de la luz y de las variaciones de temperatura.
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No los guardes inmediatamente en el frigorífico.
Reflejo común: saltar, saltar, ir a la nevera. Mala idea. El frío seco daña el corcho si la botella permanece allí demasiado tiempo. Guarda esta opción para unas horas antes de la cata si la botella no está a la temperatura adecuada.
El consejo de Petit Ballon: tómate un momento para leer el boletín
En cada caja, ¡las dos botellas no vienen solas! También encontrarás historias, consejos, breves lecciones de vino y cientos de anécdotas en la Gaceta, nuestra revista mensual. Dedicar 10 minutos a hojearla ya es un buen comienzo para saborearla.