Blog Consejos y trucos ¡Dígale sí a Chile!
Dites oui au Chili !

¡Dígale sí a Chile!

La pequeña historia

La llegada del vino a Chile se remonta a la colonización española. Comenzó en California, luego en México, antes de llegar a Chile alrededor de la década de 1550. Fue tras la independencia del país en 1810 que los viticultores plantaron nuevas variedades de uva, principalmente francesas. Así surgió la Carmenère, una variedad de uva bordelesa que casi había desaparecido en Chile, que se adaptó a la perfección y se ha convertido prácticamente en un símbolo del país.

¿Una modelo francesa?

Desde 1860, durante la crisis de la filoxera (un áfido devastador que destruyó vides en todo el mundo), Chile, que se libró de ella, fue invertido por grandes nombres en viñedos franceses. Hoy, por lo tanto, no se sorprenda de encontrar un nombre francés si pasea entre los viñedos. Han respirado el toque bordelés, y desde 1883, el viñedo chileno ganó varias medallas en la exposición de Burdeos. Hoy, su objetivo es producir vinos de buena calidad a precios bajos, pero también competir con las grandes cosechas bordelesas gracias a sus antiguas variedades de uva y su rico terroir.

El dato curioso

Aunque produce mucho vino (Chile ocupa entre el sexto y el décimo puesto entre los países productores de vino), a los chilenos no les gusta mucho. Prefieren el pisco, un aguardiente de uva, en particular el Moscatel de Alejandría. Se ha convertido en la bebida nacional con la llegada del pisco sour. Este cóctel, elaborado con lima, clara de huevo, azúcar y angostura, es una auténtica delicia; ¡te recomendamos probarlo! Por lo tanto, todos los esfuerzos se centran en la exportación.

¿Quieres probar un trocito de Chile?

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