¡Jean-Michel nos lo cuenta todo! (3)
¡La revolución a veces tiene genio, así que vale la pena correr riesgos!
Empecemos con una estadística
Se dice que entre el 5% y el 8% de las botellas distribuidas en el mercado francés están tapadas con corcho. Si bien los corchos aglomerados suelen ser la causa, los tapones de corcho natural y los sellados también están implicados. Esto se debe, en el 70% de los casos, a problemas de almacenamiento (botellas almacenadas en posición vertical) o al famoso TCA (tricloroanisol, una molécula con olor a corcho).
¿Cómo evitar esto?
Aquí es donde entra en juego una de mis revoluciones: ofrecerles un vino de alta calidad sellado con tapón de rosca. Utilizado durante décadas en Suiza y Australia, y también para sellar los compartimentos de la aviación, el tapón de rosca es cada vez más atractivo, tanto para vinos de gama baja como para vinos finos. Sé que los franceses aún no son receptivos a esta solución, mientras que el mundo, especialmente el anglosajón, ya la ha adoptado.
Primera revolución
Al ofrecerles un vino en tapón de rosca, quiero dejar claro que existen excelentes vinos en este formato y que para vinos de consumo rápido (en 2 años) o de conservación media (en 5/8 años), o incluso más, este sistema es más que fiable.
Segunda revolución
El Infiltrado de la Casa de la Ermita, una botella con una forma original que combina modernidad y naturaleza. Este vino no está filtrado, así que al servirlo, el pequeño sedimento natural que contiene permanecerá en la curva acentuada del vino. (Que conste que el doctor Fagon le hizo beber el depósito de vino a Luis XIV por su salud). Me complace presentarlo por primera vez en el mercado francés.