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Le top 5 des répliques cultes sur le vin au cinéma

Las 5 frases de culto sobre el vino en el cine

El vino no es solo un elemento decorativo en el cine. En algunas escenas, se convierte en el motor de un gag, el símbolo del máximo refinamiento o la metáfora de un arte de vivir. De Louis de Funès a James Bond, de Jacquouille a Pierre Brochant, estas líneas han marcado la historia del séptimo arte... y a los amantes de los buenos vinos.

1. La cena de los tontos (1998)

"Le puse vinagre a mi Château Lafite. ¡Te voy a dar un truco para convertir un gran vino en uno malo!"

Cuando Pierre Brochant (Thierry Lhermitte) cree recibir consejos de un experto, en realidad se enamora de su "invitado". La frase se ha convertido en un clásico: una deliciosa indirecta que ridiculiza la obsesión por los buenos vinos y nos recuerda que la enología también puede ser divertida.


2. El ala o el muslo (1976)

Hermoso color bermellón. Un poco morado. Hermoso brillo. Es un Burdeos. Un gran Burdeos. (…) El vino es la tierra. (…) Es un Médoc. (…) ¡Es un Saint-Julien, Château Léoville Las Cases 1953!

Louis de Funès, como Charles Duchemin, ofrece una experiencia de cata del pasado. Sin olfato, describe con énfasis el color, el terroir, la exposición y la añada... ¡y da en el clavo! Una brillante parodia de la cata "francesa", que dice mucho de nuestra relación con el vino.


3. Goldfinger (1964) – James Bond

“Beber Dom Pérignon '53 a más de 38 grados Fahrenheit es tan malo como escuchar a los Beatles sin orejeras. »

En 007, el champán no es ninguna broma. En esta icónica línea, Sean Connery combina el esnobismo con el humor británico. El vino se convierte en un símbolo social tanto como en un accesorio seductor, como el Aston Martin o el esmoquin.


4. Entre copas (2004)

¡No voy a beber ningún maldito Merlot!

En esta comedia estadounidense, Miles, el héroe, rechaza violentamente el Merlot con una frase ya clásica. Pero si critica esta uva, es para realzar su favorita: el Pinot Noir. En otra escena, la describe como un ser frágil y exigente, pero capaz de una gracia única si se cuida. ¿El resultado? La película impulsó las ventas mundiales del Pinot Noir... y dejó al Merlot al margen.

5. Los visitantes (1993)

¡Oh, pintas! ¡Pintas de vino! (…) ¡Salud por ustedes, pobres!

Jacquouille descubre una bodega repleta de vinos finos (incluyendo cajas de Haut-Brion)... que devora como un borracho. Una escena de culto, irresistible, que confronta la Edad Media con los códigos burgueses de la cata contemporánea.

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