Zoom sobre el Domaine de Thulon
¿Tu mejor año?
2009 sin dudarlo.
¿Cuáles son sus directrices para 2015? ¿Hay novedades o proyectos?
Nuestro objetivo es ofrecer siempre lo mejor. Cada año es diferente y debemos aprovechar lo que la naturaleza nos ofrece. Lo primero es trabajar bien las viñas para obtener uvas hermosas, respetar los terroirs y adaptarnos a cada uno, y ser atentos y precisos durante la vinificación para obtener un vino distinguido y personalizado.
En el extranjero, ¿cuál es tu región vinícola favorita?
Italia y su multitud de vinos, especialmente el Barolo.
¿Qué variedad de uva soñarías con poder cultivar en tu finca?
Syrah.
¿Por qué decidiste colaborar con Le Petit Ballon este mes?
Una degustación, un encuentro, un bonito concepto y el deseo de presentar nuestro Cru Régnié.
¿Qué consejos darías a los suscriptores de Petit Ballon para degustar tu vino?
Los aromas frutales con algunas notas especiadas y una hermosa mineralidad en boca le dan a este vino múltiples maridajes... con una hermosa ave o cordero a la parrilla.
¿Cuál es el mejor momento para disfrutar del vino?
Necesita unos meses más para asentarse un poco... sigue siendo un "adolescente" fogoso, pero uno que encantará a los amantes del Gamay. Los demás tendrán que esperar un poco.
¿Cómo definirías tu vino?
Es una añada que ofrece un bello equilibrio entre fruta y potencia... su situación geográfica entre Brouilly y Morgon le confiere un terroir original.
Para ti, ¿el vino ha sido: una vocación, una pasión, una herencia familiar?
Venimos de seis generaciones de viticultores. Mis padres se instalaron en 1968 en la antigua granja del Château de Thulon. Tras 20 años como aparceros, adquirieron la finca en 1987: 8 hectáreas de viñedos y las edificaciones de la granja.
Mi hermano Laurent y yo, tras trabajar cada uno en un sector de actividad diferente, volvimos a las raíces... y es con gran alegría que trabajamos juntos. Cada uno aporta un conocimiento distinto y nos complementamos.
Para usted, ¿qué hace que un vino sea bueno?
Un enólogo serio, receptivo, de mente abierta y, sobre todo, ¡un buen terroir!