A tiro de piedra de Saint-Malo, Édouard y Pauline Cazals fundaron su finca, Les Longues Vignes, en una ladera bretona con un nombre predestinado. ¿Elaborar vino aquí? Una apuesta que parecía audaz. Sin embargo, desde 2019, han demostrado que Bretaña puede rimar con frescura, finura y precisión. Les presentamos a Édouard.

¿Podrías presentarte en pocas palabras?

Soy Édouard Cazals, enólogo y vivo con mi esposa Pauline en Saint-Jouan-des-Guérets, cerca de Saint-Malo. Originario de La Manche, Normandía, obtuve un Diploma Nacional Superior (BTS) en viticultura y enología antes de formarme con enólogos en Saint-Émilion, en particular con François Mitjavile, de la finca Tertre Rotebœuf. Tras varios viajes de inmersión a bodegas, incluyendo Nueva Zelanda, en 2017 nos enamoramos de una ladera con vistas al valle del Rance. Ahí empezó la aventura.

¿Cuál es la historia de la finca Les Longues Vignes?

La finca nació en 2019, la construimos de principio a fin. ¡Aquí no había nada, ni una sola viña! Encontramos una parcela llamada "Les Longues Vignes" en el catastro, y el nombre se quedó. Tras diez días de búsqueda , lo conseguimos: exposición total al sur, gran potencial vinícola y, sobre todo, derechos de plantación disponibles. Plantamos 2 hectáreas en 2019, 2 más en 2022 y un huerto. Y lo hicimos todo nosotros mismos: restauración del suelo, plantación ...

Elaborar vino en Bretaña puede ser sorprendente. ¿Cómo es el terroir aquí?

Estudiamos a fondo el clima antes de empezar. Tenía que ser viable. ¿El terroir? Una ladera orientada al sur, un microclima, un suelo con arena que se calienta rápidamente, esquisto (bastante raro en la Costa Esmeralda) y cuarzo, y un suelo calizo heredado del lecho marino del Rance. Es una tierra lista para acoger la vid.

Y plantamos variedades de uva adecuadas. En 2019, las variedades que plantamos (Pinot Noir, Chardonnay, Grolleau) nos permitieron elaborar vinos espumosos (nuestro proyecto inicial), así como tintos y blancos tranquilos. En 2022, añadimos Frühburgunder (Pinot Noir temprano de Alemania), Pinot Meunier, Pinot Blanc y Pinot Azul Portugués.

Ser orgánico en Bretaña, ¿no es demasiado complicado?

En mi opinión, ¡no más que en ningún otro lugar ! Aquí, cuando llueve, hace fresco, así que hay menos presión de enfermedades de la vid, como el mildiu, por ejemplo. Podemos intervenir rápidamente. Y, sobre todo, estamos bastante aislados: no hay grandes zonas vitícolas alrededor, así que no hay contaminación cruzada. El verdadero desafío, por increíble que parezca, fue la sequía cuando plantamos nuestras viñas: nuestras viñas jóvenes tuvieron que aguantar dos meses sin lluvia. Pero después enraizaron bien. Las cosechas de 2023 y 2024, con su alta presión, demuestran que la agricultura ecológica es posible en Bretaña.

Y en términos de denominación, ¿existe una IGP Vins de Bretagne?

El proyecto está en marcha, pero no nos hemos unido. Es muy político: plantea dudas sobre lo que llamamos «Bretaña», si incluimos o no el País Nantais... También existe el deseo de convertirlo en una IGP 100 % ecológica, por lo que la agricultura ecológica respetuosa con el ecosistema sin la etiqueta AB quedaría excluida. Preferimos la inclusión a la exclusión . ¡Por ahora, preferimos quedarnos al margen!

¿Cuál es vuestra filosofía en la finca?

Hacemos un trabajo muy preciso y esencialmente manual. Escuchamos a la planta más que a nuestro propio cuerpo (risas). Intentamos escuchar, trabajar a la antigua usanza, porque creemos que eso se nota en los vinos. También experimentamos bastante, como usar algas en la floración para estimularla y a principios de primavera para estimular las defensas naturales de la vid en esta época.

¿Cuales son los principales retos a los que se enfrenta?

¡Para empezar, hacer buenos vinos! ¡Y cambiar la imagen del vino bretón! Hay que lograr una verdadera calidad. Además, estamos bastante aislados materialmente: no tenemos vecinos viticultores que nos ayuden. Tenemos que ser muy autosuficientes.

¿Y qué hay de la viticultura del futuro, ante el calentamiento global? ¿Cómo puede Bretaña destacarse del resto?

Los suelos bretones suelen ser muy profundos, por lo que no son necesariamente aptos para la vid... pero hay muchas islas pequeñas con diferentes perfiles. Esto significa que no existe un único estilo de vino bretón, sino un mosaico de expresiones. No creo que Bretaña se convierta en una importante región vitivinícola en términos de volumen, pero sin duda hay cosas interesantes que hacer.

¿Qué estilos de vinos producís?

Elaboramos vinos con muy pocos insumos (sólo SO2, con dosis mínimas de sulfitos.
Los blancos son frescos, deliciosos y con volumen. Los tintos son bastante especiados, digeribles y elegantes. Vinificamos en barricas o en depósitos de hormigón (cubas y huevos ), con una crianza de 9 a 15 meses, con muy poca madera nueva (2% este año). El año que viene también probaremos los foudres . Aunque fue nuestra idea inicial, al final elaboramos poco vino espumoso (método tradicional), que apenas representa 10 hectolitros de 150. ¡También elaboramos sidra y perada!

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a nuestros suscriptores que aún no conocen los vinos de Bretaña?

Hay muchísimas sorpresas maravillosas en varias regiones de Francia y del mundo. ¡ Bretaña es una de ellas, en mi opinión ! ¡Así que ten curiosidad! :)

¿Alguna idea para maridar comida y vino local?

Uno de mis favoritos: nuestros vinos tintos con cocos de Paimpol y carne. O uno de nuestros blancos con lubina de anzuelo en salsa de crema.